
lunes, 31 de diciembre de 2007
Yo y mis circunstancias

domingo, 23 de diciembre de 2007
Consejos para neoparisinos (II)
- Curiosear en la acogedora tiendecita de la Rue St. Martin Mona Lisait. Libros de esos de
fotos gigantescas, con poco texto, que suelen costar un ojo de la cara, pero que aquí llevan hasta un 70% de descuento. Así, me enamoré de una obra completa de Georgia O'Keeffe (mi pintora favorita; su marido, el fotógrafo Alfred Stieglitz también tiene una obra impresionante) por el módico precio de 19'90 euros (su precio original era 60 euros), y no pude dejarlo allí solito (salí con una sonrisa de oreja a oreja). Arquitectura, fotografía, cocina, pintura, moda (de esos también me habría llevado veinte o treinta; nota mental: que en mi casa ideal quepa una librería), rarezas... Podría haberme pasado toda la tarde hojeando.
- Asomarse al edificio de La Comédie Française, y pasear por el patio entre éste y el Palais Royal.
- Recorrer les quais, dejarse tentar por los puestos de libros de segunda mano y ejemplares de Vogue de los años cincuenta. Cuidado con las tiendas de animales de la acera de enfrente, si eres hipersensible a los cachorrillos.
- Ver el atardecer sentado/a en un puente sobre el Sena. Sugerencia personal: Pont des Arts.
- Subir a la noria de la Concorde por la noche.
- Ir a saludar a Clémenceau.
- Admirar a los artistas que ponen su caballete en el Louvre y pintan en directo.
"T'es ma dernière poupée russe."
[Sonaba: Serre-moi - Tryo]
viernes, 21 de diciembre de 2007
Surrealismo
- La extraña pareja formada por Nicolas Sarkozy y Carla Bruni (ni en mis peores pesadillas los habría juntado).
- Que en medio de una entrevista en Cadena Ser con Esperanza Aguirre (ronca cual camionera a causa de un constipado): a) explique que quitó al niño Jesús del belén del Ayuntamiento, b) que pongan "We Danced Together" de The Rakes entera de fondo (¿?) y le pregunten, "¿Bailará usted estas navidades?".
Realismo sin aditivos es que la Conferencia de Anápolis ha sido una farsa de poca monta que ni sus propios actores se estaban creyendo. Otra bonita foto para el álbum de Bush que, por descontado, no dará ningún fruto. De la Conferencia de Bali y el Protocolo de Kioto (UNFCCC) prefiero no hablar, que me suben los triglicéridos (ni del IPCC, ni de Al Gore...). Ni compromisos, ni cooperación. Todo es dinero y mentiras, como Papá Noel.
Mentiras, pero sin dinero, las de algunos cazurros que se hacen llamar "traductores". En este blog las cazan y denuncian. A dios gracias.
[Suena: Let's Dance to Joy Division - The Wombats]
P.D.: Voy a recoger firmas para que Maja Ivarsson deje de enseñarnos la ingles de una vez. Lo juro.
jueves, 6 de diciembre de 2007
Siempre nos quedará...
De vuelta a los cielos parisinos. Bajo los mismos, Sacré Coeur, Montmartre.
Allí hasta el lunes. Feliz puente y disculpen mis últimas entradas-telegrama. Stop.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Shame on who?
sábado, 1 de diciembre de 2007
Jess & Huertas
Otra celebración conjunta, ¡menuda semanita! Qué bufanda roja más bonita... (aunque suelte pelusilla).
viernes, 30 de noviembre de 2007
Freeway & Astoria
Sara, Esther, Inés, Paula, Pau, Bea, copas gratis, tarta de queso, cubitera, Absolut & Red Bull, tartera de Marilyn, Pampero, Arturo, Lambrusco, taconazos, pajitas aéreas, Peñascal, maquillaje, Rayito, Irene y el gato acostao.
[Sonó: Postcard of a Painting - Maxïmo Park]
jueves, 29 de noviembre de 2007
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Paula
martes, 27 de noviembre de 2007
A mi madre
-Maïs... ¿Eso se pronuncia con "e"? ¡¡Ah, no!! Que lleva diálisis...
-(Yo empiezo a morirme de la risa.)
-Hija, en mi época se decía así, como lo que te hacen cuando no te funcionan bien los riñones.
-(Yo, literalmente con las manos en la tripa, llorando de la risa.)
-Espera, es verdad: puntos circunflejos.
-(Mañana, agujetas seguro.)
-¿Entonces los circunflejos qué son, un tipo de comillas?
Algo de razón tenía: un acento circunflejo lo giras 90º y es el 50% de una comilla latina...
No sé si habrá sido la laringitis, pero no se puede ser más mona :)
Mil gracias por hacer el esfuerzo de aprender una lengua de gangosos.
lunes, 19 de noviembre de 2007
Tierna es la noche
F. Scott Fitzgerald, Tender is the Night
[...sintió que había aprendido algo, aunque no supo exactamente el qué. Tiempo después, recordó cada hora de aquella tarde como algo feliz, una de esas ocasiones corrientes que en el momento parecen sólo un eslabón entre placer pasado y futuro, pero que resultan haber sido el placer en sí mismo.]

I just close my eyes as you walk OUT.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
"Ciao, bella"

Como dijo Karl Lagerfeld, "If you want social justice, be a social worker". No me culpen, son los estrógenos y el consumismo prenavideño que anegan mi torrente sanguíneo y nublan mis sentidos. Aseguro que las magníficas tiendas de segunda mano de Roma no hacen sino inducir a abandonarse en el perfume del glamur decadente, la ostentación y el divismo. No se alarmen, acto seguido abres la cartera con un único billete de 10 euros y el efecto es como el de esa colleja que un poco más y te descoyunta. Habrás pasado de Audrey Hepburn a Lina Morgan en tiempo récord. Por mucho que me enamoraran las prendas, pagar casi más por algo usado que por algo nuevo todavía no encaja en mis esquemas (debe de ser el gen recesivo de mi madre, el de "qué modernidad tan poco pulcra la de pagar por algo que otra señora ha estado desgastando"). En todo caso, para quien tenga un presupuesto más abultado que el mío, o por la sola curiosidad de encontrar botas, bolsos, zapatos y cinturones originalísimos y bolsos y vestidos hasta de los años 60, no puedo dejar de recomendarle que se pase por alguna de estas tiendas:
- Abiti Usati, Via dell Governo Vecchio 45 (también hay otra en el número 35).
- La Bohemiènne, Via Cappellari (cerca de Campo di Fiori). En esas dos calles también se encuentran numerosos talleres de artesanía (de vidrio o bisutería, por ejemplo), galerías de arte, tiendas de antigüedades...
Volviendo al tema de Roma, no pude acordarme más de Pau en el Trastevere (el barrio más castizo y popular de la ciudad), primero por la Fontana dell'acqua Paola, y segundo por una tienda enorme de libros y DVD llamada Libreria dell Cinema, en Via dei Fienaroli. Por esa zona, en un restaurante con menús para turistas, un cartel decía:
"In questo luoco prima di tutto alberga la democrazia e la toleranza".
Muy bien, así me gusta. Y tiramisú casero, por favor. En otro, un poco más lejos:
"We are against the war and the tourist menu. We cook quality, real Italian food for every individual".
Daban ganas de coger una tiza y sugerir "Si me lo cobran al mismo precio, me apunto". Desconfío por defecto de los restaurantes que pretenden conquistar mis inquietudes intelectuales, no mi estómago. Si quiero alimento espiritual, me voy a una tertulia.
Aclarado esto, mis restaurantes predilectos fueron dos:
- Gallo Matto (en la imagen), Via Cavour. Comida tradicional de la buena, en un local sin lujos pero muy acogedor, con decoración peculiar en las paredes (sillas, máquinas de moler café, máscaras de goma...) y Rita Pavone de fondo. Precios razonables y una dueña campechana.
- Pontifice, Via Gregorio VII. Muy cerca del Vaticano, siempre está de curas, monjas y estadounidenses (para eso último no tengo explicación), llenando sus copas con Lambrusco. Todo delicioso pero, como en la mayoría de los restaurantes italianos, los cubiertos, el pan y el servicio ¡te los cobran aparte! Suelen ser dos euros más por persona.
[Suena: La partita di pallone - Rita Pavone]
martes, 6 de noviembre de 2007
Vacanze Romane
2003, 2005, 2007... ¡Si al final echar la moneda a la Fontana de Trevi va a resultar que surte efecto! (Estaré pensando en vosotras, cocos).
[P.D.: Vuelvo el martes.]
jueves, 1 de noviembre de 2007
On déménage quand?
¡Qué bonito es el otoño de París! Como a las hojas, esta ciudad me ha dado ganas de mudarme. Ahora sí lo sé: en algun momento de mi vida, viviré aquí. Tenemos muchas ironías por compartir.
miércoles, 31 de octubre de 2007
Les gamins-citrouille
Le Meux
Zoé se mueve en la tripa de Carine. Nunca había oído hablar de ello, pero la haptonomía (ciencia de la afectividad que permite mejorar la comunicación y la comprensión a través del tacto) está empezando a enseñarse en hospitales como una faceta más de la preparación al parto. A través de esta ciencia, podemos decirle a mi futura sobrina que se mueva hacia un lado de la tripa u otro, donde haga menos daño a su mamá, tan solo dando golpecitos con los dedos... Suena a ciencia-ficción pero se conoce que funciona a las mil maravillas.
Carine me ha prestado una guía de Tokio y un libro de frases prácticas (francés-japonés), y me ha recomendado que un mes antes empiece a forzarme a probar distintos tipos de pescado crudo, en mi casa, para no cambiarle la dieta a mi estómago de golpe (que ya de por sí es un tanto sibarita); si no, me arriesgo a estar limitada a arroz y soba durante 15 largos días -con sus noches-.
Me siento rara.
domingo, 28 de octubre de 2007
Paris la nuit
- Cuando seas una intérprete de prestigio y yo una abogada de la leche, iremos de compras por Faubourg St Honoré.
- Dame 3 años... o 4.
- A mí mejor dame 10.
Por el momento, con las friperies de Beaubourg nos basta y nos sobra. Raphaëlle camina detrás de mí, y añade que de espaldas doy el pego, parezco una auténtica parisina... pero que de cara no tengo nada que hacer. ¿Me lo tomo como un cumplido?
- ¡Yo no he dicho que parecer parisina sea bueno o malo! Yo lo soy porque lo dice mi carné de identidad, pero ni yo me lo creo...
Se ríe y se cuelga de mi hombros. Las parisinas tienen una cara especial. No es broma. No sé si será por el maquillaje discreto (cuando lo hay), el pelo suelto o atado en un moño revuelto, pero siempre natural, el cigarrillo en la mano (ojo que todavía no he conocido a ninguna que no fume), las líneas simples dignas del Comptoir des Cotoniers (algodón, elegancia, discreción, camisas, cache-coeurs) y la marroquinería hippie, los fulares. Que no falten, los fulares.
La tartiflette (patatas, beicon, cebolla, queso Reblochon fundido) nos pesa en el estómago; no obstante, es comida de montaña para después de un día de esquí, y todo el deporte que hemos hecho hoy ha sido ir al mercado a comprar los ingredientes -en coche-. La casa de Caro en République ha cambiado mucho en un año, el salón esta mucho más acogedor, se nota la mano de IKEA, y también hacen los libros de diseño y de moda de los de todo foto, cero texto, algunas láminas con marcos de collage y una silla superlativa pintada de rojo y tapizada con motivos añil y blanco -parece sacada de Alicia en el pais de las maravillas-. Para favorecer la digestión, bajamos los cinco pisos por las escaleras (no me canso de los minúsculos peldaños de madera de los edificios antiguos del centro, los granates y los verde botella de las paredes, los cerramientos en blanco de las ventanas de los patios interiores, las vistas a la Torre Eiffel de las que todos presumen, aunque en algunos casos no se alcance más que a ver una esquinita, es un detalle que parece que te da clase). Esperemos que eso o un par de chupitos de tequila ("y sal y limon", si no puntualizas no se les ocurre ponértelo) nos ayuden a hacer hueco para el Cosmopolitan, el Bloody Mary (odio el tabasco) o las copas de vino tinto. Lo cierto es que el jazz manouche de Aurore Quartet se disfruta igual de bien sin alcohol en sangre.
Sienta genial ganar una hora al tiempo. En una hora puedes vaciar una calabaza y decorarla, comprar caramelos, hacerte un disfraz de romano, preparar una torta de salmon o un bizcocho de yogur. Es ficticio, no lo ganas porque desde por la mañana te dices "son las 8 pero en realidad son las 7 asi que puedo dormir/vaguear una hora más", vas desfasando todas tus actividades y acabas acostándote igual de tarde. Con eso y con todo, autoengañarse es de lo más facil que existe, cualquier excusa es buena para vivir de la ilusión. Por un día se nos olvida que al tiempo no lo engaña nadie.
Por eso, en voz baja en la Rue Cadet, farfullé que poco importa lo que me lleve recorrer el camino mientras no fracase. La misma historia del fin y los (inter)medios.
[Suena: La terre ferme - Luke]
viernes, 26 de octubre de 2007
Reencuentros
sábado, 20 de octubre de 2007
Champiñones
jueves, 18 de octubre de 2007
In Rainbows

Hay una canción que, por sí sola, ya merece las citadas 0,99 libras, y que no deja de dar vueltas en mi cabeza: "Reckoner". Me parece, sin exagerar, una de las mejores canciones de toda su carrera (mejorando lo presente). Aprovecho la ocasión para defender el Eraser de Thom Yorke en solitario, que algunos fans de Radiohead no acogieron precisamente con los brazos abiertos, no acabo de comprender muy bien por qué, ya que a todas luces sigue la misma línea. Juzgue usted mismo el "Harrowdown Hill" o "Analyse" (actuación en directo en Mercury Prize 2006):
lunes, 15 de octubre de 2007
Día de Acción del Blog

Aquí tienes algunas muestras (casi 20 000) de las que puedes aprender leyendo su entrada del 15 de octubre.
Deberíamos mirar a los idealistas como a quien está a punto de cambiar el mundo, una fuerza en potencia. Si alguien es tildado de loco por ser capaz de moverse de forma altruista (en el límite de sus posibilidades) en pro de una utopía, merece todo mi respeto, adelante. Al que se le ocurrió inventar los coches eléctricos o los parques eólicos seguramente intentaron partirle la cara por dar ideas. Ahora se va haciendo más rentable y empezamos a comprender que el proceso es irreversible: no queda otro camino que no lleve hacia las energías limpias y los esfuerzos económicos que esto implique.
Yo, me uno.
[Suena: Monday Morning - Pulp]
domingo, 14 de octubre de 2007
Los nuevos erasmus
François (Francia), Miguel (El Salvador) y Lee (Canadá) fueron los afortunados que manejaron como pudieron un harén de ocho francesas y una española de armas tomar. Durante toda la noche estuve cargando con el The Best of R.E.M. y el Missing Songs de Maxïmo Park (sarna con gusto, no pica) y con un póster de John Coltrane que compró Justine y que me dediqué a empuñar cual espada láser. Una jedi tiene que saber imponerse, si no se acaba en un pub de la C/Hileras como cuando era menor de edad. ¿He dicho ya que en Cava Baja abusan de los guiris con los precios? ¿Y que no vale correr riesgos intentando sacar dinero en el cajero maldito de La Caixa de Arenal? Pues ahora sí.
[Suena: Inbetween Days - The Cure]
viernes, 12 de octubre de 2007
Víspera de festivo
sábado, 6 de octubre de 2007
Travis
Otros puntos clave fueron...
- "Good Feeling" y el "Somebody's been practising, uh?"
- "Pogo makes you feel 10 years younger... So please, if you're 10, DO NOT do this or you'll be dead".
- Y, por descontado, "Why Does It Always Rain On Me", que por lo visto la escribieron estando en Madrid (o eso dijeron). En Glastonbury de no sé qué año se puso a llover a mares nada más empezar a cantarla, en una tarde en la que no había llovido nada, y la anécdota se hizo popular.
En definitiva, un concierto que me supo a mucho pero se me hizo corto (lo bueno no cansa), y que te da ganas de hacerte un abono para las giras futuras por los siglos de los siglos (léase Coldplay). A destacar la amabilidad de Fran, que se esforzó en pronunciar en inglés británico estándar (tiembla con los escoceses, y si son de Glasgow, más) y hablar despaciiiito para que las coñas las entendieran grandes y pequeños en lo que al manejo de la lengua inglesa se refiere. Es un placer ver que tras años de conciertos, todavía tienen energía y ganas, lo viven, en lugar de poner cara de setas como muchos novatos que se endiosan al segundo día y se aburren.
En Low Club, Peter Hook de New Order a los platos, y DJ Pomme-Lux y Johann Wald en el back room.
miércoles, 3 de octubre de 2007
Clara
sábado, 29 de septiembre de 2007
Totemo yokatta desu ne!
[Suena: Heaven Knows I'm Miserable Know - The Smiths]
ACTUALIZACIÓN: Cuatro días más tarde, compré un billete de ida y vuelta a Tokio con seguro de viaje incluido. ¿Son cosas mías, o ando un poco voluble? Sea como fuere, ahora ya no hay vuelta atrás. Tengo que ir a que me miren lo de la inestabilidad psicológica. Entretanto, declaro oficialmente que ahora soy 813 euros más pobre, pero mucho menos miserable. Como dijera Arminda en su día, "by far, mi niña, by far!".
viernes, 28 de septiembre de 2007
Callao, 21:30
Con la cabeza alta y ningún signo de sopor, llego a la Plaza del Callao a las 21:20. Dejo enchufado el iPod, todavía faltan unos minutos para conocer a una de mis tuteladas (me he hecho tutora del programa ESN), Sonia Levoye, erasmita francesa 2007-2008 de mi facultad. Habíamos pospuesto este primer encuentro por distintos motivos, y no sé cómo voy a reconocerla, no he visto ninguna foto suya ni ha expresado que vaya a ponerse un clavel rojo en la solapa de la chaqueta. Estas cosas me hacen gracia, lo he vivido antes, y por lo general suelo identificar al sujeto en cuestión por su mirada inquisitoria a cada una de las personas que tiene a su alrededor, como preguntando "¿serás tú?". Soy observadora y eso se me da bien.
21:35, apago el iPod y doy un toque con el móvil para indicar que estoy aquí, y la información gratuita de Orange me hace partícipe de que ella sigue en el metro: "Apagado o fuera de cobertura". Esto va para largo. Inmediatamente doy rienda suelta a una de mis aficiones favoritas: analizar el entorno, ver pasar riadas de gente, cada uno de su padre y de su madre. Me gusta imaginarme sus historias, por qué tienen pinta de estar cabreados, a quién están esperando, a qué dedican el tiempo libre. Hay una chica que me mira desde que salí del metro. Quizás ella también haya concertado una "cita a ciegas" y se pregunte si soy yo a quien espera, y las dos nos miramos sin atrevernos a dirigirnos la palabra. El caso es que tiene cara de francesa: rubia, ojos azules, indumentaria discreta de clásica parisina. Espera, Sonia es de Lille; no es ella. Más vale que vuelva a encender el iPod, pero me quedo con el móvil en la mano, porque con el tono tan discreto que tengo lo más probable es que no lo oiga si me llaman.

21:50, el tiempo pasa despacio, y hace un frío de tres pares de narices. ¿Cómo puede cambiar tanto la temperatura de un día para otro? Dios mío, dime que la variabilidad del tiempo bruselense no se ha convertido en un fenómeno mundial. Bruselas... Aquel jueves salí corriendo del Sleep Well para llegar a la hora a La Bourse, punto de encuentro por excelencia, como aquí El Oso y el Madroño o el Km 0. De hecho, fui la primera española en llegar. No recuerdo si aquella noche cené algo en el Cheesecake Café, porque estaba demasiado emocionada para que mi píloro respondiera.
21:55, esto está pasando de azul oscuro a casi negro. ¿Qué hago? ¿Me estará dando plantón? ¿Se le habrá olvidado que habíamos quedado? No puede ser, hablamos hace sólo una hora y media. Ya sé lo que haré, llamo a Beatriz o a Esther o a Paula para ver si están por el centro, y hago tiempo con ellas, y cuando Sonia me llame acudo a donde esté. No es mi noche de suerte, están todas en sus casas.
22:00, espero 15 minutos más y me voy. No sé cuántos toques he dado ya. Si no fuera porque lo hemos pospuesto tres veces, me iría y con razón. Me siento en un banco y veo que los repartidores de folletos de una academia de actores toman el metro para ir a Sol a seguir con la tarea. Uno de ellos es argentino. Me miran de vez en cuando, debe de darles pena una chica como yo a la que le hacen esperar 40 minutos, ¿no? A mí me daría.
22:02, leo un cartel gigante pegado a una marquesina junto a un kiosko, "Agua super fría". ¿El invierno les ha pillado por sorpresa -como a todos lo que se han puesto vestido o manguita corta hoy- y no les ha dado tiempo a quitarlo? Nadie en su sano juicio querría comprar otra cosa que no sea un café o un chocolate caliente. Tengo un impulso maniaco de levantarme y arrancar las tiras de cinta de carrocero y los DIN-A4 superpuestos escritos en mayúsculas con caligrafía (ir)regular. Ahí es cuando me acuerdo del incidente de la salsa boloñesa y los macarrones blancos y reprimo mis instintos.
22:09, hay un loco rondando por la plaza. No hace más que reírse y gritar "¡Menos joder! ¡Menos joder y más follar!". Si en el fondo el hombre tiene razón.
22:11, salen dos chicas del metro con cara de azoradas. Definitivamente parecen guiris, pero no me las habría imaginado así jamás: la rubia va muy hippie y la morena bastante arreglada y pintadita. La morena saca su móvil, marca, y el mío empieza a sonar...
Menudo pateo nos marcamos. Primeras clases de Cultura y Civilización Madrileña de mano de una servidora. Parecen contentas, me recuerda a lo que ella dijo sobre que se les identifica enseguida en C. Universitaria en el periodo de exámenes de septiembre, entre miles de rostros amargados pertenecientes a almas en pena que buscan su redención en una maldita nota.
[No I In Threesome - Interpol]
El invierno nos pilló por sorpresa
"There are times when life calls out for a change, a transition. Like the seasons. Our Spring was wonderful... but Summer's over now. We missed out on Autumn and now, all of a sudden, it's cold, so cold everything's freezing over. Our love fell asleep, and the snow took it by surprise. But if you fall asleep in the snow, you don't feel death coming."
Aquí os lo dejo, con subtítulos en inglés, para los poco amigos de la lengua de los galos, y aquí en castellano, que os conozco (pero como siempre digo, ¡nada como la versión original!).
jueves, 27 de septiembre de 2007
Revival
domingo, 23 de septiembre de 2007
Las bicicletas son para el verano
Bien sabido por todos es que la cultura de la bicicleta pertenece a los países noreuropeos, por derecho propio. Sea por cuestiones geográficas (países planos), o por conciencia deportivo-ecológica, la realidad nos muestra un panorama de aparcamientos, reglamentación para ciclistas y carriles-bici cuando viajamos a Bélgica, por ejemplo, que nos deja con el gesto extrañado y una duda existencial: cuando allí funciona tan bien, ¿somos nosotros más adelantados o más atrasados, o más vagos o más cómodos si aquí la idea no cuaja? Ancianos, niños, estudiantes, ejecutivos, políticos... Nadie se resiste al encanto de convertir sus pasos en pedaladas, optimizando así el tiempo y disfrutando del viento resultante en la cara que ofrece generosamente este primitivo medio de transporte. Primitivo, pero que, no obstante, ha sabido consolidar su posición y perdurar. En Europa hay un Día Sin Coches en que ella, doña Bicicleta, es protagonista; las grandes ciudades como París están reestructurando su fisonomía para dar cabida a carriles adaptados y «alquiler exprés» en la zona centro; los eruditos y los bohemios ensalzan sur virtudes como el médico que anima a comer fruta para combatir las enfermedades coronarias... Pero España es España. Una vez más, desde tiempo inmemorial, ha preferido el olor a ajo y el sentido práctico (uno tan castizo y tradicional como obsoleto rallando lo ridículo) a reconocer que ese invento bárbaro sea más loable y digno de ser extendido al mundo que capotes y castañuelas. La cultura de la bicicleta gana adeptos sin proponérselo, es inocua, tierna y un atractivo turístico y seña de identidad tan fuerte en Holanda como sus quesos o sus zuecos de madera. Igualito que las corridas de toros. Que no nos sorprenda, aún hoy, nuestra imagen internacional. Mucho ojo con lo que exportamos.
Cuando hablo de España en esos términos, en tono socarrón, no escapo a mi propia crítica y me incluyo: yo no soy precisamente amiga de la «actividad física evitable», y si me pusieran un autobús y una bicicleta delante, arriesgaría mis dos tobillos por alcanzar el primero. Sin embargo, quedan lugares recónditos en que las bicicletas guardan el papel destacado que merecen, sin excepción: los pueblos de España. Un marco apartado del mundanal ruido, donde pareciera, a veces, que el tiempo se hubiera parado en los veranos de los años 60. Los alrededores cambian, las carreteras se mejoran, se abre un supermercado y hasta puede que un cibercafé, pero por sus calles y caminos, por las veredas de los ríos, las bicis siguen haciendo las delicias de los niños, invariablemente. Ya lo decía Fernando Fernán-Gómez, Las bicicletas son para el verano. Generación tras generación, las vacaciones de los muchachitos de ciudad giran en torno a las pandillas con las que se reúnen de uvas a peras en los pueblos de sus padres o abuelos, montados en sus bicicletas y, por lo general, con un tirachinas en el bolsillo. El día más recordado para muchos es aquel en que te quitaron los «ruedines» de atrás y te sentiste volar... Unos supieron apretar los frenos y otros frenamos con los dientes, pero la satisfacción personal no nos la robó ni el dolor.
¿Pero qué fue de aquella práctica de la infancia? Que allá se quedó, junto al vídeo de los 101 dalmatians (en inglés, por supuesto, aunque por aquel entonces yo todavía no entendiera ni una palabra; me gustaba imaginarme los diálogos). Sufro de ese gen recesivo que se manifiesta de forma aguda en la edad adulta: la nostalgia. De ese, y del de la oposición inconsciente a la actividad física. Y no voy a rendirme, y prometo luchar contra mí misma: Lola contra el determinismo biológico. Voy a remontarme a la visión de las abuelas pedaleando (pañuelo en la cabeza, la compra en la cesta), desde el asiento del tranvía a Korenmarkt (Gante), discutiendo con la porteña Fátima, dejándonos hipnotizar por el son de rueca de los radios... Vueltas y más vueltas. El radio viaja un trecho y pasa por el mismo punto. Y pasa por el mismo punto. Danzando y viendo las mismas caras de sus compañeritos los otros radios cada cierto rato. Y pasa por el mismo punto. Vueltas y más vueltas. Y a veces gana velocidad, la suficiente para soñar por momentos con una existencia mejor. Y las ansias de escapar se contagian a la correa, y a un piñón... Y no sólo el radio no logra escapar a su fatal destino de moverse en círculos por siempre jamás, sino que, además, se parte. Por eso las bicicletas han sabido «consolidar su posición y perdurar», porque aplastan las revueltas internas, imbuyen el conformismo a sus componentes por el bien común, para que los usuarios puedan disfrutar de una placentera y temporal ilusión de libertad, supeditada a su uso. (¿A eso no lo llaman droga?)
Prometo luchar contra mí misma y subirme a una bicicleta para que tanto esfuerzo no haya sido en vano —y liberar a esos componentes desde dentro—.
Prometo luchar contra mí misma, contra el conformismo, contra la nostalgia de los belgas, de los veranos, de los mundos mejores que no llegaron... Que sí. Como el radio —pero sin romperme—.
Porque, al fin y al cabo, a pie o en bicicleta, por tu patria o por tierra de nadie,
¿de qué sirve correr si vas en la dirección equivocada?
sábado, 22 de septiembre de 2007
La Noche en Blanco
Pasamos muchísima vergüenza ajena con las muestras más genuinas de grupismo avanzado por parte de ciertas individuas que, teniendo en cuenta que el escenario estaba a ras de suelo, se pusieron a posar junto al cantante para retratarse no una, sino muchas veces cada una, como si estuvieran haciéndose fotos delante de la Puerta de Alcalá o la de Brandemburgo, solo que era una que estaba tocando la guitarra y cantando para doscientas personas. ¿Os imagináis que la Puerta de Alcalá cantara la canción de "La Puerta de Alcalá"? No se les ocurrió, pero seguro que habría tenido éxito. Para el año que viene lo propongo, o escondo grabadoras gigantescas en los setos para que se reproduzcan solas durante toda la noche. O secuestro a Ana Belén y la escondo en los setos.
Arturo quedó muy contento, porque cuando llegamos a la sección de literatura infantil de FNAC, el taller de cómic acababa de terminar... Qué puñeteros, las sillas y mesitas infantiles habituales las tenían recogidas.
Antes de todo eso, Ismael Serrano, el más campechano por antonomasia, había dado un concierto y firmado hasta que le doliera tanto la mano que tuvieran que resucitársela con electroshock. Claro, es que ser campechano no es de gratis. La fama cuesta. Quien no lo notó tanto fue el bajo de Athlete (no hablo de estaturas), que se paseó por el vestíbulo de FNAC y vio por las pantallas el concierto de Calima (de uno de Ojos de Brujo, nominado a los Grammy Latinos) desde un placentero anonimato (teórico, también, porque hacía una hora yo había visto la carátula del disco y lo reconocí; espero que mi don para la fisonomía no se esfume el día en que me vea en una rueda de reconocimiento). En mi opinión estaba controlando por el rabillo del ojo si alguien lo observaba, al principio debe de ser un fenómeno divertido pensar que haya gente que venga a "verte" o "escucharte" pero sin conocerte personalmente. "Pringaos... estoy a vuestro lado, entre la muchedumbre, y ¡ni me reconocéis! ¡Aprovechad, hombre! En cinco minutos estaré sobre el escenario y me aclamaréis, jajaja". O sea, que antes de adoptar su papel de estrella del rock, se da un baño de masas. A todos les debe de gustar jugar a hacerse los accesibles, ¿eh? No falla, la vena popular se manifiesta (de cuando en cuando) en todos los famosos. Ahora, que para alcanzar el nivel de campechano, ¡eso no basta!
Lo que sí nos basta al resto de los mortales son un TOTP, una botella de agua, una lata de Coca-Cola, unos churros con chocolate, una birra, un sándwich mixto, una Esther, una Irene, un Arturo, un Ernesto, una Pau, una Be. Cualquier cosa menos salir elegir el mismo día del año para culturizarnos que todos los borregos de España. Que es que somos como animales.