viernes, 30 de noviembre de 2007

Freeway & Astoria

Sara, Esther, Inés, Paula, Pau, Bea, copas gratis, tarta de queso, cubitera, Absolut & Red Bull, tartera de Marilyn, Pampero, Arturo, Lambrusco, taconazos, pajitas aéreas, Peñascal, maquillaje, Rayito, Irene y el gato acostao.



[Sonó: Postcard of a Painting - Maxïmo Park]

jueves, 29 de noviembre de 2007

21


Un año más. La misma alegría y un vale para Botox preventivo, por favor.



[Suena: The Test - Chemical Brothers feat. Richard Ashcroft]

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Paula


Ella es especial. Nació en el mismo hospital que yo, sólo unas horas antes. Quién sabe, quizás nos escupiéramos el chupete a la cara o llorásemos por primera vez a un par de cunas de distancia. Lo que con toda seguridad yo no sabía es que 14 años más tarde el azar nos pondría a las dos en un botellón en una tarde de julio y que, durante los 7 años que siguieron, se iría haciendo cada vez más imprescindible en mi vida, hasta llegar al grado de dependencia actual.

Ella es especial no por las circunstancias espaciotemporales, sino por ser capaz de sacar lo mejor de ti. Es especial por hacerte sentir especial cuando estás a su lado.
Es un regalazo de 21 años de antigüedad.

Felicidades.



[Suena: Someday You Will Be Loved - DCFC]

martes, 27 de noviembre de 2007

A mi madre

[Esta tarde, ella estudiando frente al ordenador, repitiendo en voz alta las palabras del curso de francés, capítulo 3: las verduras.]

-Maïs... ¿Eso se pronuncia con "e"? ¡¡Ah, no!! Que lleva diálisis...
-(Yo empiezo a morirme de la risa.)
-Hija, en mi época se decía así, como lo que te hacen cuando no te funcionan bien los riñones.
-(Yo, literalmente con las manos en la tripa, llorando de la risa.)
-Espera, es verdad: puntos circunflejos.
-(Mañana, agujetas seguro.)
-¿Entonces los circunflejos qué son, un tipo de comillas?

Algo de razón tenía: un acento circunflejo lo giras 90º y es el 50% de una comilla latina...

No sé si habrá sido la laringitis, pero no se puede ser más mona :)
Mil gracias por hacer el esfuerzo de aprender una lengua de gangosos.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Tierna es la noche

"...she felt that she had learned something, though exactly what it was she did not know.
Later, she remembered all the hours of the afternoon as happy -one of those uneventful times that seem at the moment only a link between past an future pleasure, but turn out to have been the pleasure itself."


F. Scott Fitzgerald, Tender is the Night



[...sintió que había aprendido algo, aunque no supo exactamente el qué. Tiempo después, recordó cada hora de aquella tarde como algo feliz, una de esas ocasiones corrientes que en el momento parecen sólo un eslabón entre placer pasado y futuro, pero que resultan haber sido el placer en sí mismo.]


I just close my eyes as you walk OUT.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

"Ciao, bella"



Como dijo Karl Lagerfeld, "If you want social justice, be a social worker". No me culpen, son los estrógenos y el consumismo prenavideño que anegan mi torrente sanguíneo y nublan mis sentidos. Aseguro que las magníficas tiendas de segunda mano de Roma no hacen sino inducir a abandonarse en el perfume del glamur decadente, la ostentación y el divismo. No se alarmen, acto seguido abres la cartera con un único billete de 10 euros y el efecto es como el de esa colleja que un poco más y te descoyunta. Habrás pasado de Audrey Hepburn a Lina Morgan en tiempo récord. Por mucho que me enamoraran las prendas, pagar casi más por algo usado que por algo nuevo todavía no encaja en mis esquemas (debe de ser el gen recesivo de mi madre, el de "qué modernidad tan poco pulcra la de pagar por algo que otra señora ha estado desgastando"). En todo caso, para quien tenga un presupuesto más abultado que el mío, o por la sola curiosidad de encontrar botas, bolsos, zapatos y cinturones originalísimos y bolsos y vestidos hasta de los años 60, no puedo dejar de recomendarle que se pase por alguna de estas tiendas:


  • Abiti Usati, Via dell Governo Vecchio 45 (también hay otra en el número 35).
  • La Bohemiènne, Via Cappellari (cerca de Campo di Fiori). En esas dos calles también se encuentran numerosos talleres de artesanía (de vidrio o bisutería, por ejemplo), galerías de arte, tiendas de antigüedades...
Si, como yo, tienes un agujero en el bolsillo que nunca te acuerdas de remendar, en Madrid e incluso en París (sorprendentemente) hay opciones infinitamente más baratas en cuanto a ropa de segunda mano (vestidos, carteras, botas, zapatos... ¡entre 10 y 30 euros!). Si tienes la ocasión de visitar París, aprovecha, pues, la cercanía del Pompidou para echar un vistazo en la Rue St Martin o la Rue Ste Croix de la Bretonnerie (Free'p'Star).

Volviendo al tema de Roma, no pude acordarme más de Pau en el Trastevere (el barrio más castizo y popular de la ciudad), primero por la Fontana dell'acqua Paola, y segundo por una tienda enorme de libros y DVD llamada Libreria dell Cinema, en Via dei Fienaroli. Por esa zona, en un restaurante con menús para turistas, un cartel decía:

"In questo luoco prima di tutto alberga la democrazia e la toleranza".

Muy bien, así me gusta. Y tiramisú casero, por favor. En otro, un poco más lejos:

"We are against the war and the tourist menu. We cook quality, real Italian food for every individual".

Daban ganas de coger una tiza y sugerir "Si me lo cobran al mismo precio, me apunto". Desconfío por defecto de los restaurantes que pretenden conquistar mis inquietudes intelectuales, no mi estómago. Si quiero alimento espiritual, me voy a una tertulia.

Aclarado esto, mis restaurantes predilectos fueron dos:

  • Gallo Matto (en la imagen), Via Cavour. Comida tradicional de la buena, en un local sin lujos pero muy acogedor, con decoración peculiar en las paredes (sillas, máquinas de moler café, máscaras de goma...) y Rita Pavone de fondo. Precios razonables y una dueña campechana.
  • Pontifice, Via Gregorio VII. Muy cerca del Vaticano, siempre está de curas, monjas y estadounidenses (para eso último no tengo explicación), llenando sus copas con Lambrusco. Todo delicioso pero, como en la mayoría de los restaurantes italianos, los cubiertos, el pan y el servicio ¡te los cobran aparte! Suelen ser dos euros más por persona.
No se equivoquen, porque no todo fue placer culinario y consumista. También hubo lugar para el gozo estético puro disfrutando del interior del Coliseo, el Palatino y el Foro romano, los Foros Imperiales, el Foro de Augusto, el Teatro Marcello... Roma es un museo al aire libre, no todos los días tropiezas a cada paso con columnas y restos arqueólogicos de miles de años (o renacentistas de dejar con la boca abierta). ¿Acaso no es eso lo que la hace única? Eso, y las ganas que te da de comprarte una vespa, montar una heladería y exterminar a los engominados metrosexuales de rayos uva y sus novias uniformes.



[Suena: La partita di pallone - Rita Pavone]

martes, 6 de noviembre de 2007

Vacanze Romane

Roma, vol. III


2003, 2005, 2007... ¡Si al final echar la moneda a la Fontana de Trevi va a resultar que surte efecto! (Estaré pensando en vosotras, cocos).



[P.D.: Vuelvo el martes.]

jueves, 1 de noviembre de 2007

On déménage quand?

Prefiero esta ciudad en otoño sobre cualquier otra estación del año. Yvelines está llena de árboles de hojas rojáceas, marrones, rosas y naranjas, a diferencia de España, donde hasta diciembre no ha hecho el frío suficiente para que muden las hojas, y el cambio estación lo marcan otro cambio (el de la hora) y otras hojas (las del calendario).

Las bajas temperaturas y las necesidades fisiológicas nos llevaron a uno de esos cafés cerca del Louvre, en la plaza donde está el metro. Las lámparas calefactoras me pusieron dolor de cabeza y los 5 euros por el descafeinado con leche remataron las náuseas (lo primero sea la salud de nuestro esfínter). Para cuando llegamos a Beaubourg, yo ya estaba en estado catatónico; me senté y me distraje mirando los tubos de colores, las escaleras mecánicas y los carteles de la exposición de Giacometti en el Pompidou. La gente fue llegando y creo que fuimos a Chatelet a beber unas pintas, y digo creo porque el mareo me tenía en un estado de desrealización bastante serio. Cuando llegamos a casa de Matt en Goncourt, opté por tomarme un Neobrufen y echar una cabezadita. Muerta de frío, dormida y con temblequera en las extremidades, no se les ocurrió nada mejor para volver a casa de Raph que coger un bicicleta de las de VELIB (la alquilas de una máquina con tu tarjeta de crédito en un punto de la ciudad y la depositas en cualquier otro, a cualquier hora). La última vez que Raph y yo montamos en bici fue en Ile de Ré (una islita frente a La Rochelle) en agosto de 2005, donde ella acabó con una quemadura en el brazo por la fricción contra la gravilla y yo comiéndome un árbol. Excelente idea, vamos. A dios gracias, mi terror a la conducción de quoi que ce soit hizo que segregara una cantidad ingente de adrenalina (como un chutazo) que me despertó a la tercera pedalada, de modo que, finalmente, incluso conseguí disfrutar de la experiencia ¡hasta el punto de no querer soltar la bicicleta al final del recorrido! El único momento en que temí por mi vida fue en la Place de la République, con coches cruzándose en todas direcciones... para la próxima, vamos por la acera, por el bien de todos.



Lo que no soporto de no dormir en mi casa es que a la mañana siguiente te levantas con legañas de rímel y la ropa oliendo a bar. Caminamos desde Faubourg Montmartre hasta Pyramides para coger el... ¿¿coche?? Anoche lo dejamos aparcado al lado de la Comédie Française y sin embargo ha amanecido en la fourrière de Porte de Clichy... Se ve que el coche también tenía ganas de juerga. La respuesta es que a la luz del día apareció un cartel: "Sólo miembros del Consejo Constitucional". A postergar el momento soñado de la ducha caliente y el desayuno a mediodía (menos mal que nos dio la risa tonta). Maldita suerte la nuestra con las multas.

¡Qué bonito es el otoño de París! Como a las hojas, esta ciudad me ha dado ganas de mudarme. Ahora sí lo sé: en algun momento de mi vida, viviré aquí. Tenemos muchas ironías por compartir.



[Suena: 1234 - Feist]