- Curiosear en la acogedora tiendecita de la Rue St. Martin Mona Lisait. Libros de esos de
fotos gigantescas, con poco texto, que suelen costar un ojo de la cara, pero que aquí llevan hasta un 70% de descuento. Así, me enamoré de una obra completa de Georgia O'Keeffe (mi pintora favorita; su marido, el fotógrafo Alfred Stieglitz también tiene una obra impresionante) por el módico precio de 19'90 euros (su precio original era 60 euros), y no pude dejarlo allí solito (salí con una sonrisa de oreja a oreja). Arquitectura, fotografía, cocina, pintura, moda (de esos también me habría llevado veinte o treinta; nota mental: que en mi casa ideal quepa una librería), rarezas... Podría haberme pasado toda la tarde hojeando.
- Asomarse al edificio de La Comédie Française, y pasear por el patio entre éste y el Palais Royal.
- Recorrer les quais, dejarse tentar por los puestos de libros de segunda mano y ejemplares de Vogue de los años cincuenta. Cuidado con las tiendas de animales de la acera de enfrente, si eres hipersensible a los cachorrillos.
- Ver el atardecer sentado/a en un puente sobre el Sena. Sugerencia personal: Pont des Arts.
- Subir a la noria de la Concorde por la noche.
- Ir a saludar a Clémenceau.
- Admirar a los artistas que ponen su caballete en el Louvre y pintan en directo.
"T'es ma dernière poupée russe."
[Sonaba: Serre-moi - Tryo]
1 comentario:
parisian skiiiiiiiiiiies
ya es inevitable que alguien dice parís y me sale la cancioncilla. es lo que tiene.
muy bello todo.
Publicar un comentario