lunes, 18 de junio de 2007

Promesas que no valen nada

Comprobado: el transporte público en Bruselas se acaba antes de las 00:30. Es la última vez que cojo el Thalys de las 22:31, puede dar fe de ello el taxista al que le he calentado las orejas durante todo el trayecto, porque para colmo no hay compensaciones si no se llega con más de 30 minutos de retraso... y hemos debido de tener 27 y medio, aproximadamente.

Demasiadas cosas a la vez: el anuncio del retraso, las manos temblando, you came on your own, that's how you'll leave, tú al otro lado del teléfono, explicarte algo que a mí me parece obvio y que tú ignorabas. Sexo, Relaxine 500mg y dudas, demasiadas dudas. No es fácil explicarte que esto se acaba, que nos estamos grabando la fecha de caducidad en la piel a Rotring, mientras me dices que lo que tenemos es único y me susurras el orgullo que te confiere la aprobación de los tuyos, que no puedes dejarme escapar. Como precalentamiento, te pregunto y me respondes que la Asamblea se viste de azul, y el Real Madrid de ganador. Pero la mona, mona se queda.

¿Dosis altas de realismo o de estrógenos? Qué importa, lo que siento es real, o no me lo guardo, o reviento.

Ganas súbitas de vaciar tu estantería de mis cosas, de dar la vuelta a la alfombrilla de ratón con nuestra foto, de descolgar las tuyas de mi pared. De que me devuelvas las postales que no abriste, los textos que no leíste, las canciones que te envié y que nunca escuchaste. Todos esos regalos, excepto el diario celeste y el álbum de hojas secas. Ganas de quedarme con los momentos felices, con esa carita preciosa, y no dejar que pensar en ello me cegue (o me retenga, como hasta la fecha). Ganas de reunir el valor para darte la espalda, corriendo el riesgo de cometer el error de mi vida, y ser capaz de contener las lágrimas.

Un año de construir ilusiones, otro de perderlas. Un año de zapatos nuevos que tal vez nos quedaban grandes, que deja un peligroso equilibrio al 50% de lo bueno y lo malo. La prueba de la distancia no se supera dos veces sin unos cimientos mínimos de convicción, sin esperanza. No sé si exijo mucho o me das poco, pero necesito descubrirlo: se consigue comparando. Somos jóvenes y no podemos viciarnos y quemarnos las alas con 20 años. Tenemos tanto que dar que no compartirlo con más sería de ingenuos. Piensa que igual te das cuenta de que había algo que necesitabas y yo no podía darte. Hay cosas que tú jamás podrás darme.

Te prometí que sería fuerte, pero al final soy pequeña y no sé amarte menos. Sabes que desearía cerrar los ojos y que la tristeza que me carcome el alma se fuera. Lo intento. Sigo. No voy a negarte que estoy en tinieblas y me doy miedo. Tengo miedo.

Me gustaría verlo todo más claro, pero hoy no me he puesto las lentillas.


Ya lo dicen Editors, incluso los finales tienen un principio.



[Suena: I Can't Be with You - The Cranberries]


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