domingo, 15 de julio de 2007

Empieza por "s"

Pocas cosas son comparables a una napolitana crujiente por fuera con un interior poco hecho, que se funde con el chocolate suavemente en tu boca (parece una frase de anuncio). Quienes han probado la bollería de Noisy le Roi me dan la razón: no han saboreado nada parecido en la vida.

Mi primer 14 de julio en París ha empezado con el desfile de las fuerzas armadas en la tele. Recuerdo claramente las fotos en la página derecha de nuestro libro de francés en el colegio (Panorama Plus), y las explicaciones de Natividad Nicolás sobre la Fiesta Nacional. También recuerdo, cómo no, los rectángulos de cartulina verde en los que grabamos Beatriz y yo conversaciones delirantes en esa edad en que todo te parece posible. A continuación, una sesión de mercadillo para que el chef Julien comprara sus productos frescos. Yo le animo a que acabe rápido la ingeniería y se meta en una escuela de cocina, se ve que le apasiona, y da gusto verlo contento entre sus puerros y sus salsas à la crème fraîche.

Pero al final, ni fuegos artificiales en Trocadéro, ni en Saint Germain-en-Laye. Tensión (sutil o imaginaria) y una cerveza en el Pakito (bar imitando a vasco, en Versalles, entre auténticas mansiones de dejar con la boca abierta), una paella churrascada y juegos de cartas que no me interesan. Sentir que este no es mi lugar.


Me queda el “zumo” (/ju/). Procuro condurarlo, no quiero que llegue ese último sorbo.



[Suena: It's a Fire - Portishead]

1 comentario:

And I know it's old fashioned to say so dijo...

ohhhhh siiiii
curasanes de casa de jul...
salibando
salibando
salibando